La inquietud acerca del futuro de las baterías y su capacidad de autonomía se ha vuelto palpable, especialmente considerando la próxima llegada de dispositivos de vanguardia como el iPhone 15 y el Apple Vision Pro. Sin embargo, un grupo de investigadores parece haber encontrado una solución innovadora: cargar dispositivos futuros con lágrimas.
Aunque pueda sonar como un concepto extraído de una mala novela de ciencia ficción, la realidad es que esta posibilidad está tomando forma con la creación de una batería revolucionaria que prescinde de cables, metales y otros elementos tóxicos.
Hace unas semanas, la comunidad tecnológica se revolucionó al conocer que el visor de Realidad Mixta Apple Vision Pro enfrentaría restricciones en su autonomía. Esto desató un intenso debate sobre la viabilidad de dispositivos de este tipo.
En el mejor escenario, el dispositivo de Apple ofrecería apenas dos horas de autonomía por sesión antes de requerir conexión a un cable para mantenerse operativo.
Este período limitado revela no solo la demanda energética de sistemas que combinan Realidad Aumentada y Virtual, sino también la insuficiencia de la tecnología actual en términos de batería.
Sin embargo, una solución ha emergido en el horizonte: investigadores de la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur (NTU) han desarrollado una batería revolucionaria. Esta batería, delgada como una córnea humana, se recarga de manera autónoma simplemente sumergiéndose en un suero salino, es decir, lágrimas.
Según informa el paper de estudio publicado en Science Direct, esta batería requiere únicamente glucosa y agua para generar electricidad, y está compuesta por materiales biocompatibles. Carece de cables y metales tóxicos, y su funcionalidad ha sido probada al sumergirla en un líquido simulado de lágrimas, compuesto por iones de sodio y cloruro. Esto resultó en una extensión de su vida útil en una hora adicional por ciclo de doce horas de uso.
La excelente noticia radica en que este prototipo puede generar hasta 45 microamperios de corriente y una potencia máxima de 201 microvatios, suficiente para alimentar futuras lentes de contacto inteligentes.
En resumen, esta batería se presenta como la candidata idónea para integrarse en dispositivos de próxima generación, tomando el relevo tanto del iPhone como del propio Apple Vision Pro.
Aunque queda trabajo por hacer para perfeccionar su ciclo de autonomía, el paso crucial de demostrar su eficacia ya ha sido dado. La tecnología del futuro podría estar impulsada por nuestras propias lágrimas, una perspectiva que podría cambiar radicalmente la forma en que interactuamos con los dispositivos tecnológicos.