Se trata de la celebración oficial del cumpleaños del rey, pero Carlos III no fue el protagonista del desfile de Trooping the Colour de este sábado. El día estuvo marcado por el regreso de Kate Middleton a los compromisos reales desde que le diagnosticaron cáncer. Discreta, la Princesa de Gales apareció como si nada hubiera pasado, transmitiendo una imagen de unidad y moderación en la (pequeña) familia real, que saludó a la multitud en el balcón del Palacio de Buckingham.
El sábado por la mañana, tan pronto como Kate fue vista en el carruaje con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis, comenzaron a circular imágenes en las redes sociales, comentando la apariencia inalterada de la princesa, que está siendo tratada con quimioterapia preventiva contra el cáncer. . Además de su aparente delgadez, la futura reina lucía como siempre.
Para su regreso, a diferencia del año pasado, Kate no corrió ningún riesgo y lució un vestido blanco y negro diseñado por la diseñadora británica Jenny Packham. La opción es similar a la que lució la Princesa de Gales en vísperas de la coronación de Carlos III, en mayo de 2023, lo que hace pensar que se trata de una reutilización, aunque el vestido ha sido alterado en la zona de la cintura y añadido un enlace.
No pasó mucho tiempo para que el atuendo fuera comparado con el vestido icónico que usó Audrey Hepburn. Mi Bella Dama, la película de George Cukor de 1964, para ir a las carreras de caballos de Royal Ascot. Kate tampoco se olvidó del sombrero, creado por Philip Treacy, también en blanco y negro, a juego con los pendientes de perlas de Cassandra Goad, que había llevado en el bautizo del príncipe Luis en 2018. Para completar el look: el pecho de la irlandesa Guardias, de los cuales la Princesa de Gales es coronel.
En el balcón del Palacio de Buckingham, la nuera de Carlos III saludó a la multitud que la esperaba, a pesar de la persistente lluvia, acompañada por el príncipe Guillermo y sus tres hijos. Mientras veían el espectáculo de la Fuerza Aérea, Kate y Charlotte (vestida a juego con su madre) compartieron algunos momentos de complicidad, mientras el pequeño Louis se robaba el protagonismo (otra vez) bailando al son de bandas militares.
En el centro del balcón, Carlos y Camila (con un vestido y abrigo verde mar de Anna Valentine) saludaban a la multitud, rodeados de su familia, en una visión de unidad, pero también de ahorro. El rey había proclamado durante mucho tiempo la necesidad de una familia real más pequeña, lo que permitiría ahorrar costes, y la imagen de un balcón escasamente lleno (sólo 15 personas, frente a más de 40 en el pasado) este sábado fue la confirmación de tal ideal.
Además de los príncipes de Gales y los reyes, sólo estuvieron presentes miembros de alto rango de los Windsor -los que trabajan a tiempo completo para la corona- como los duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, acompañados de su hija Luisa; la princesa Ana y su marido, Timothy Laurence; así como el duque de Kent, Eduardo; y los duques de Gloucester, Ricardo y Brigitte, primos hermanos de Isabel II.
costos de fiesta
A pesar de la imagen de una familia más pequeña y, en consecuencia, más salvada, el desfile Trooping the Color no está exento de críticas. Mientras Carlos y Camila saludaban en el balcón, entre la multitud había manifestantes con carteles que decían “No es mi rey” (No es mi rey, en portugués).
Días antes, la prensa británica recordó los costes del desfile con más de 1.400 soldados, 200 caballos y 400 músicos. De acuerdo a Expresar, la celebración podría costar unos diez millones de libras (11,8 millones de euros), siendo los gastos a cargo del Palacio de Buckingham, que también cuenta con financiación propia a través de los ducados de Lancaster o Cornualles, además de la Beca Soberana.
Es decir, los contribuyentes británicos no pagan directamente la ceremonia, a pesar de contribuir a la subvención anual con 1,29 libras por persona (unos 1,50 euros), cada año, en el Reino Unido. según el sitio web de la familia real. Sin embargo, existen otros gastos como la seguridad del evento, que son responsabilidad del Ministerio de Defensa.
Sin embargo, la celebración también genera algunos ingresos, ya que se venden entradas para ver el desfile del cumpleaños del rey por The Mall, por entre diez y 30 libras (entre 11 y 35 euros) por persona.
Trooping the Color celebra el cumpleaños oficial de los soberanos desde 1748 (ha estado sucediendo continuamente desde 1820): Carlos III celebrará su 76 cumpleaños el 14 de noviembre. Desde Eduardo VII, a principios del siglo XX, todos los monarcas han estado presentes en el evento en junio y Isabel II solo no estuvo presente en 2020 y 2021, cuando el desfile fue cancelado durante la pandemia.
El año pasado, Carlos III sorprendió desfilando a caballo, sólo su madre, Isabel II, lo había hecho en 1986. Este año, el rey realizó el viaje en coche, dada su frágil salud. En febrero anunció que está siendo tratado por un cáncer, aunque mantiene su agenda oficial y funciones como jefe de Estado.
Kate Middleton, a pesar de estar presente en las celebraciones del sábado, hizo saber, en un mensaje escrito, que aún no ha regresado oficialmente a sus deberes reales, a pesar de haber hecho “buenos progresos” con la quimioterapia. De momento, durante este verano espera “participar en algunos compromisos públicos”, pero sin hacer ningún anuncio. De hecho, en la agenda oficial de la familia real, la Princesa de Gales no tiene ningún compromiso previsto para el próximo año.