Joshua Morven y Sarah Bright sabían que querían casarse.
Lo sabían a pesar de que Morven estaba enfermo en la unidad de cuidados intensivos del Hospital General de Vancouver después de someterse a un segundo trasplante doble de pulmón.
Fue entonces cuando el personal de la UCI intervino para ayudar a que su día fuera memorable y transformar la sala en una capilla para bodas.
“Él simplemente irradia felicidad en ese momento”, dijo la madre Carol Roberts a Global News.
“Y tan pronto como vio a su novia, lloró. Y todos lloramos. No había un ojo seco en esa habitación”.
Morven, de 30 años, luchó contra una enfermedad autoinmune y luego dos trasplantes dobles de pulmón, que su cuerpo finalmente rechazó.
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El 24 de agosto, él era todo sonrisas mientras él y su novia intercambiaban sus votos.
“Hay algo especial en Josh, ya sabes, él nunca fue del tipo ‘ay de mí'”, dijo Roberts.
“Él siempre tenía esa sonrisa sin importar por lo que estuviera pasando”.
Añadió que el personal del hospital se tomó un tiempo para ayudar a preparar la boda.
“Y sabían que estos eran los últimos momentos de mi hijo en la tierra y querían hacerlo sentir especial”, dijo.
Morven murió seis días después, el 30 de agosto.
Roberts dijo que encuentra consuelo al recordar el amor y la alegría que compartió con todos el día de su boda.
“Sentimos el cuidado. Sentimos el cariño de todos. Fue hermoso. Estaba más feliz que nunca en su vida”, dijo.
Roberts añadió que es importante recordar la historia de su hijo sobre la donación de órganos.
Dijo que gracias a las donaciones de otros tuvo dos años más con su hijo y la oportunidad de verlo casarse con el amor de su vida.
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