Según los informes, el zar de los “valores familiares” de Vladimir Putin dejó a su marido, un sacerdote ortodoxo, por un multimillonario ruso 11 años mayor que ella.
Maria Lvova-Belova, de 39 años, fue nombrada comisionada rusa para los derechos del niño por Putin justo antes de invadir Ucrania.
Sigue siendo buscada por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra por la deportación ilegal de cientos de niños ucranianos de zonas ocupadas por Rusia.
Se casó con su esposo, el sacerdote ortodoxo Pavel Kogelman, en 2003. Tienen cinco hijos juntos y otros cinco que adoptaron. Lvova-Belova ha adoptado a 18 niños en total, incluido un niño ucraniano sacado de la devastada ciudad de Mariupol.
Las especulaciones de que había dejado a su marido surgieron después de que fue filmada de la mano del oligarca ruso Konstantin Malofeev, de 50 años, en una procesión en la iglesia en la ciudad rusa de Ekaterimburgo la semana pasada.
Maria Lvova-Belova con su esposo, el sacerdote ortodoxo Pavel Kogelman, con quien se casó en 2003.
La Sra. Lvova-Belova con el oligarca ruso Konstantin Malofeev, por quien supuestamente dejó a su marido.
Malofeev tiene estrechos vínculos con la Iglesia Ortodoxa Rusa, fundó la cadena de televisión ultraconservadora Tsargrad y es conocido por apoyar la invasión de Ucrania por parte de Putin y pedir repetidamente que Rusia se convierta en una monarquía.
Actualmente se encuentra bajo sanciones de Estados Unidos y la UE por financiar a separatistas en el este de Ucrania en 2014 y una vez se refirió a Putin como un “milagro de Dios”.
Lvova-Belova y el magnate de los medios Malofeev no han comentado sobre los rumores, pero fuentes cercanas a la Iglesia Ortodoxa dicen que son ciertos.
Las acusaciones de separación se han difundido ampliamente y el canal de Telegram, Brief, pregunta a sus 570.000 suscriptores: “¿Estamos esperando la boda del año?”.
Desde que Lvova-Belova fue nombrada comisionada de los derechos del niño en Rusia, los medios pro-Kremlin han publicado rutinariamente historias sobre su familia. Mientras que ella y su marido han hablado públicamente sobre su relación, la fe cristiana, los ‘valores tradicionales’, la adopción y sus hijos.
El comisionado de los derechos del niño sigue buscado por la Corte Penal Internacional acusado de crímenes de guerra por la deportación ilegal de cientos de niños ucranianos de zonas ocupadas por Rusia.
Putin la nombró comisionada rusa para los derechos del niño justo antes de invadir Ucrania.
Las publicaciones en el canal Telegram de Lvova-Belova implican que comenzó a trabajar en estrecha colaboración con Malofeev a principios de 2023.
Anunciaron el lanzamiento de un proyecto benéfico conjunto para ayudar a los niños ucranianos llamado Happy Childhood en enero del año pasado.
El mes siguiente, viajaron juntos a las zonas ocupadas por Rusia de las regiones ucranianas de Zaporizhzhia, Donetsk y Luhansk.
Más adelante en el año, los medios comenzaron a publicar informes especulativos de que la Sra. Lvova-Belova y el Sr. Malofeev, quien supuestamente se divorció de su esposa el verano pasado, tenían una relación sentimental, pero hasta ahora no había evidencia real.
Al menos seis fuentes confirmaron a los periodistas rusos que ella y Malofeev están en una relación. Una fuente cercana a sus proyectos benéficos afirma que sus hijos más pequeños viven con su padre, y otra fuente cercana a Malofeev añadió que ella vive separada del resto de su familia.
Lvova-Belova es una de las más firmes defensoras de la invasión de Ucrania por parte de Putin, publica videos de ella misma en las redes sociales que la presentan como un modelo de valores familiares y modestia y sermonea a los niños ucranianos sobre la santidad del matrimonio y la religión.
