Los votantes franceses acudieron en gran número el domingo a la ronda final de una elección de alto riesgo que se espera que deje a la extrema derecha como la fuerza más grande en un parlamento profundamente dividido.
A las 5:00 pm (1500 GMT), según cifras del Ministerio del Interior, alrededor del 59,71 por ciento de los votantes había acudido a votar, la mayor cantidad en esta etapa de una carrera legislativa desde 1981, cuando faltaban tres horas de votación.
El presidente Emmanuel Macron convocó elecciones anticipadas con tres años de antelación, después de que sus fuerzas fueran derrotadas en la votación del Parlamento Europeo de junio, una apuesta que parece haber fracasado.
El ambiente en Francia es tenso, con 30.000 policías desplegados para evitar problemas y votantes ansiosos por un posible terremoto electoral que cambie el panorama político.
En el pueblo de Rosheim, en las afueras de la ciudad oriental de Estrasburgo, un “angustiado” Antoine Schrameck, de 72 años, dijo que temía que Francia presenciara “un punto de inflexión en la historia de la república”.
Y en Tourcoing, cerca de la ciudad nororiental de Lille, Laurence Abbad, jubilada de 66 años, dijo que temía violencia después de que se anunciaran los resultados. “Hay tanta tensión que la gente se está volviendo loca”, dijo.
El presidente se reunirá con el primer ministro Gabriel Attal y los líderes de los partidos de su coalición centrista saliente en el Palacio del Elíseo mientras continúa la votación, dijeron a la AFP fuentes de su bando.
