La promesa del técnico de la selección brasileña resulta precipitada, ya que no se corresponde con el nivel futbolístico presentado bajo su mando
Se parecía más Tonga x Samoa que la selección brasileña en la cancha del Defensores del Chaco, en Asunción. Ya todo iba mal, sin un solo disparo, cuando Diego Gómez, en el minuto 18, disparó desde fuera del área para batir a Alisson.
Antes, Gabriel Magalhães hizo un corte parcial al borde del área seguido de una marcación suelta de Bruno Guimarães. Al menos un bonito gol de trivela. Los paraguayos, que no habían hecho nada y dejaron el balón a los brasileños, comenzaron así a dominar el marcador.
Tras el gol encajado, una jugada entre Endrick y Vini Jr resultó en un envío de Guilherme Arana. Pero Júnior Alonso salvó en la línea. Y eso fue todo.
Vini Jr, sin prosperar en ninguna disputa, sigue mostrando una alarmante improductividad al vestir Amarelinha.
Le correspondió a Dorival Júnior hacer cambios en el descanso.
La llegada de Luiz Henrique y João Pedro en lugar de Endrick y Bruno Guimarães dio algo de esperanza. Al fin y al cabo, João Pedro dejó a Rodrygo delante de la portería. Luiz Henrique, en una buena jugada en la línea de fondo, casi vio a João Pedro cabecear el balón al fondo de la red. El jugador del Botafogo, de hecho, volvió a dejar en excelentes condiciones a un compañero. Arana, sin embargo, no aprovechó.
Al no poder igualar, la selección brasileña empezó a escuchar gritos de ‘olé’. Con Vini Jr en el campo y Estêvão en el banquillo, a Dorival le faltó valor para correr riesgos.
Gerson y Lucas Moura sustituyeron a Lucas Paquetá y Rodrygo. Sin embargo, Paraguay estuvo muy cerca de ampliar la ventaja con el paulista Bobadilla. Estêvão entró tarde; sólo a los 40 minutos. ¿Qué decir?
La selección de Dorival preocupa
Quinto clasificado en las Eliminatorias, con diez puntos, el equipo brasileño perdió la mitad de los partidos disputados. Al fin y al cabo, son tres victorias, un empate y cuatro derrotas. Con Dorival Júnior, una victoria poco convincente sobre Ecuador y la derrota de este martes en suelo paraguayo.
En este escenario, la apresurada promesa del técnico de llevar a la Seleção a la final del Mundial de 2026 revela un discurso frágil y poco realista. Aunque, por supuesto, Brasil tiene todas las posibilidades de asegurarse una de las muchas plazas disponibles en las Eliminatorias Sudamericanas.
Con el nivel futbolístico presentado, el actual entrenador de Canarinho necesita dar una respuesta convincente en el próximo FIFA Data, en octubre, para no ver interrumpida su carrera con la Seleção. Bueno, mucho antes de lo que imagina.
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