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Camila Rebelo no quiso salir de la piscina y llegó a los Juegos Olímpicos

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Camila Rebelo es una de las dos nadadoras que están en París para representar a Portugal en los Juegos Olímpicos de 2024 y la única que se lanzará a la piscina olímpica, ya que Angélica André compite en la prueba de aguas abiertas. Una presencia que resulta del talento de este atleta de Vila Nova de Poiares, en Coimbra, pero también del trabajo y esfuerzo del plusmarquista nacional en los 200 metros espalda.

Camila empezó a nadar cuando tenía apenas dos años y la competición entró en su vida cuando tenía ocho. Desde muy pequeña su día a día ha estado guiado por la organización. La formación y la falta de tiempo lo requieren.

El día a día de Camila es agotador. Los días comienzan a las 5h45, todavía de noche, y a las 7h el atleta del club Louzan Natação/EFAPEL ya está en el Centro Olímpico de la Piscina Municipal de Coimbra. Serán dos horas por la mañana en el agua hasta la hora de la siesta (quien madruga tanto merece esa recompensa).

Al mediodía almuerza. Todavía es temprano para la mayoría de las personas, pero para Camila ya han pasado más de seis horas desde que sonó el despertador. A las 13:30 horas se abren las puertas del gimnasio. Es hora de entrenar fuera del agua. A las 15.00 horas segunda dosis del día para quienes pasan casi más tiempo dentro del agua que fuera. Se repite el secreto (nuevo entrenamiento), pero esta vez por la tarde.

A las 5 de la tarde, Camila se despide de la piscina y concerta una nueva reunión para el día siguiente, nuevamente a las 7 de la mañana. No te lo puedes perder. Y a las 18 horas este estudiante de medicina inicia sus clases en la Facultad de Medicina de la Universidad de Coimbra. Estudios que durarán al menos hasta las 20 horas, hora de volver a casa, en Lousã, a 1h30 en coche. Se cansa sólo de leer.

Fue esta rutina la que, hecha y bien seguida durante tantos años, alcanzó su punto máximo el 31 de marzo de 2023, cuando Camila decidió poner rumbo al Open de España para tener la oportunidad de estar al lado de deportistas con tiempos similares a los de ella. En Portugal, la competición está lejos de alcanzar el momento actual de Camila.

“Siendo una persona competitiva, decidí que quería ir a otro lugar que me empujara más e intentara hacer lo mínimo”, explica la joven nadadora.

Dos días antes de alcanzar la histórica marca de 2:09.84 que la clasificó para la competencia olímpica, Camila realizó los 100 metros espalda que, según ella, “le salió muy mal”. Sus dos entrenadores, Gonçalo Neves y Vítor Ferreira, no pudieron acompañarla hasta Palma de Mallorca, en España, y un taxi que debía aparecer pero no significó que Camila tuviera que correr y tomar un autobús para llegar a tiempo. . de la competencia. “Llegué a la piscina y faltaban 15 minutos para que terminara el periodo de calentamiento. Nunca en mi vida había calentado tan rápido, dentro y fuera del agua”, dice Camila.

A pesar de las circunstancias imprevistas, la portuguesa nadó los 200 m espalda en 2m09.84s, un nuevo récord nacional y un billete a los Juegos Olímpicos.

Entre ese día de marzo y este jueves Camila Rebelo logró otra hazaña. En junio, en Belgrado, se proclamó campeona de Europa en la distancia. “Viví el momento y lo tomé como si fuera único”, explica Camila, refiriéndose a los momentos en los que logró el título continental y un nuevo récord nacional de 2m08.95s.

Pero no siempre todo salió bien. El momento que queda grabado en su memoria como “el más triste hasta la fecha” ocurrió en uno de los Mundiales juveniles en los que participó. Tras una prueba que “salió muy mal”, la frustración de no poder conseguir un buen resultado culminó en un importante ataque de ansiedad.

“Nadie sabía de mí, había ido al centro médico. Es un momento que recuerdo como un aprendizaje, como: esto no puede volver a pasar”, recuerda. Este episodio representa una fase que Camila llama bloqueo. “Entrené bien, fui mejorando cada vez más, pero llegué a la prueba y cada vez lo hice peor”, explica. La preparación mental se ha vuelto esencial. “Me di cuenta de que no podía seguir trabajando únicamente la parte física, también tenía que entrenar la parte psicológica. Quería tratar la parte de ansiedad, no por lo que hice, sino por lo que pensarían los demás”, explica.

“Resiliente”, “concentrado” y “enojado”. Así se describe Camila. Uno de sus entrenadores, Gonçalo Neves, la caracteriza como “una luchadora, dedicada, persistente y ambiciosa”. La apoda “pitbull”por su fuerte instinto competitivo. Sigue a la deportista desde aquel primer día de 2005 cuando apenas tenía dos años. El primer recuerdo de Camila en el agua es con su entrenador: “Recuerdo que me levantó y corrió de un lado a otro bajo el agua”. Una amiga a la que nunca pudo ocultar lo que sentía, que siempre la levantó en los momentos más difíciles y que le recordó, cuando fue necesario, que los pies están en la tierra. Excepto cuando están en la piscina.

Texto editado por Jorge Miguel Matías



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