Dupuis reveló que tenían varias cabezas falsas diferentes que intentaron volar con diferentes métodos, incluida una cabeza de yeso, una cabeza de cera y la cabeza de gelatina que terminó en la película final. Llenaron las cabezas con “macarrones con fideos y conchas” y sangre falsa antes de volarlas, según Irwin, pero el problema era que cada vez que usaban un petardo (un pequeño explosivo), había una chispa visible. Dado que se suponía que la explosión era puramente el efecto de los poderes mentales de Revok, una chispa o humo arruinaría el efecto. Dupuis explicó:
“Cuando explotó con los explosivos hubo una enorme cantidad de humo. Y se parecía más a la Estrella de la Muerte que, ya sabes, a una cabeza humana explotando”.
Entonces, en lugar de explosivos dentro de la cabeza falsa, optaron por algo un poco diferente: el poder explosivo de un disparo de escopeta desde abajo. Las escopetas son fuerzas de destrucción extremadamente poderosas, especialmente a corta distancia, por lo que era una idea peligrosa pero efectiva. Dupuis e Irwin compartieron que el coordinador de efectos Gary Zeller se arrastró debajo de la versión ficticia de Louis Del Grande, apuntó con una escopeta de doble cañón a la parte posterior de la cabeza y apretó el gatillo. El resultado se puede ver en la película, y es horripilante.
