La foto que figura en el carnet profesional de Pedro, asistente médico, no coincide exactamente con su imagen real: los tatuajes que tiene en el cuello han sido borrados. El fotógrafo Mag Rodrigues conoció esta historia en una conversación con el profesional sanitario y se interesó en retratarla. “Esto también está muy ligado a lo que me interesa como ciudadana. Historias de prejuicios. Y hacer de la fotografía una manera de hablar de esto”, afirma. Así nació la serie fotográfica Rasgosdesarrollado durante seis meses.
Luego de una apelación en las redes sociales, Mag encontró profesionales de la salud dispuestos a lucir sus tatuajes y piercings (lo que no quiere decir que no los muestren con orgullo en el día a día). Se trata de dentistas, psicólogos, psiquiatras, médicos, enfermeros y auxiliares, una “muestra diversa” de profesionales de la zona de Lisboa, de diferentes edades, que lucen tatuajes en brazos, cuello, piercings en la nariz o en los oídos.
¿Pero todavía necesitamos hablar de este tema? “Una de las personas que fotografié me dijo que siente más prejuicios dentro de la propia institución que por parte de los usuarios. Es curioso cómo los propios compañeros muchas veces consideran que la persona no es tan profesional [por ter tatuagens e piercings]”, afirma Mag. Algunos de los fotografiados también hablaron de prejuicios por parte de los usuarios, pero eso acabó siendo “deconstruido”: “Siempre nos detendremos en lo que importa, que es que sean buenos profesionales”.
