El alcalde de Olivença ha defendido este viernes que los discursos que “intentan dividir o confrontar, hablando de territorios sin pensar en las personas”, son propios de siglos pasados, después de que el ministro portugués de Defensa, Nuno Melo, afirmara que la localidad “es portuguesa “.
Manuel José González Andrade, dirigente de la localidad de unos 12.000 habitantes integrada en la provincia española de Badajoz, destacó, en una nota enviada a la agencia española de noticias Efe, que los discursos que pretenden “separar por fronteras, en el siglo XXI, fueron más que olvidados y pertenecen a siglos pasados”.
“Estoy convencido de que el ministro [da Defesa, Nuno Melo] tiene asuntos más urgentes e importantes que tratar ahora mismo”, añadió.
El alcalde también destacó que en su municipio trabajamos “por lo que nos une, que es mucho más de lo que nos separa en una frontera mezclada desde hace décadas”.
“Olivença está plenamente satisfecho y orgulloso de su pasado y de su historia porque nos hace únicos y nos permite tener una identidad única en toda la Península Ibérica”, destacó.
“Como también es consciente de su presente y sabe perfectamente cuál es su futuro, al que hay que sumar como potencial esta historia compartida”, puntualizó.
El ministro de Defensa Nacional ha declarado hoy a los periodistas, en Estremoz, en el distrito de Évora, tras presidir el acto de conmemoración del Día del Regimiento de Caballería nº 3 (RC3) del Ejército, que “Olivença es portuguesa”.
“De hecho, por tratado, Olivença debe ser entregada al Estado portugués”, prosiguió Nuno Melo.
El líder del CDS-PP recordó que, cuando era eurodiputado en el Parlamento Europeo, defendió esta cuestión, a la que sigue sin renunciar.
“Lo hice, desde el principio, en el Parlamento Europeo, sobre cuestiones planteadas, en resumen, pero ya sabes, la realpolitik es el realpolitik“, lo que “no invalida la expresión de los derechos” y, cuando estos “son justos, no se pueden renunciar a ellos”, argumentó.
Olivença es una ciudad situada en la zona fronteriza legítimamente reclamada por Portugal, desde el tratado de Alcanizes, de 1297, pero que España anexó y mantiene como parte de la provincia de Badajoz, en la comunidad autónoma de Extremadura, a pesar de haber reconocido la soberanía portuguesa sobre la ciudad cuando firmó el Congreso de Viena en 1817.
